No hay nada qué celebrar en un país con más de 125 mil desaparecidos: Madres buscadoras

Más de mil familiares buscadores cerraron la avenida Paseo de la Reforma para colocar las fichas de desaparición de sus seres queridos.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Madres e hijos buscadores se dieron cita este 10 de mayo en el Ángel de la Independencia para recordar que no hay nada qué celebrar en un país con más de 125 mil desaparecidos: “Porque cada uno de ellos es una familia rota, son madres rotas, son hijos rotos, padres rotos, hermanos rotos, estamos aquí, pero en el corazón, desaparece toda la familia”.

Más de mil familiares buscadores cerraron la avenida Paseo de la Reforma para colocar las fichas de desaparición de sus seres queridos y entonar la consigna: “¿Por qué los buscamos? ¡Porque les amamos!”.

Más de una docena de madres se turnaron un micrófono para exponer sus casos, su dolor y la revictimización a la que han sido sometidas por las autoridades, así como los atropellos institucionales que enfrentan.

Foto: José Manuel Jiménez

Guadalupe Salas Ramírez viajó desde Coahuila hasta la capital mexicana, con una lona en la que imprimió una foto de su hermano y de su tío, Armando Salas Ramírez y Pedro Ramírez Ortiz, ambos desaparecidos el 12 de marzo de 2018 en Torreón.

Los ha buscado por 17 años sin respuesta de las autoridades federales y estatales, por eso, este 10 de mayo Guadalupe Salas se paró justo frente al Ángel de la Independencia para, con micrófono en mano, denunciar los atropellamientos que sufren las familias buscadoras.

En entrevista con Proceso, comparte que para ella el Día de las Madres es una celebración agridulce: “En la escuela, yo no quería ir a los festivales porque sabía que mi mamá iba a andar buscando a mi hermano. Los cumpleaños tampoco se festejan, porque no está Armado, porque no está mi tío”.

En todo el tiempo que llevan buscándolos, afirma que de las autoridades no ha recibido respuesta. “Ni una pista, nada, no es justo, este año se cumplen 17 años que no festejamos nada”.

Guadalupe Salas no es la única mexicana a la que le han arrebatado su capacidad de celebrar y festejar. Para Karla Patiño, este día también es un recordatorio de la ausencia de un desaparecido.

Ella busca a su madre, Ana María Velázquez, desaparecida el 30 de abril de 2015, luego de asistir a una entrevista de trabajo: “Tengo hijos, soy madre, pero no puedo celebrar porque yo no tengo a la mía, no la he dejado de buscar, no me ha dejado de hacer falta”.

Con lágrimas en los ojos y la voz cortada, Patiño confiesa que, tras 10 años de búsqueda, ya perdió totalmente la fe en las autoridades y “no les cree nada”, aunque forma parte de colectivos y está al pendiente de las acciones del Gobierno.

Foto: José Manuel Jiménez

Otra madre buscadora, Liliana Meza, viajó desde Jalisco para “hacer eco” de su grito de justicia por la desaparición de su hijo, Carlos Maximiliano Romero Meza, quien fue sustraído de su domicilio, el 22 de octubre de 2020, en la colonia la Tuzania, en Zapopan.

Meza envió un mensaje a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo: “Venimos a exigirle a la presidenta y a toda la Federación que necesitamos erradicar, necesitamos trabajar de la mano con la policía estatal, municipal y con todos los niveles. No se avienten en la bolita de gobierno a gobierno o de color a color”.

La buscadora Jalisciense es firme con su petición: “No basta con reconocer que hay desapariciones en México, tiene que reconocer que existe una crisis a nivel federal”.

En su opinión, no se trata de partidos políticos, pues todos tienen responsabilidad, si no es por acción, por omisión.

Foto: José Manuel Jiménez

                                                         
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