El humo ha comenzado a desplazarse hacia Estados Unidos, afectando a estados como Minnesota, donde las autoridades sanitarias advierten sobre los riesgos para la salud pública.
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Canadá enfrenta otra devastadora temporada de incendios forestales, con más de 27,000 personas evacuadas en tres provincias del oeste del país. Las autoridades han emitido órdenes de evacuación masiva debido al avance incontrolado de las llamas, especialmente en Manitoba y Saskatchewan, donde la situación se ha tornado crítica.
En Manitoba, más de 17,000 personas han sido desplazadas desde la semana pasada, incluyendo a 5,000 residentes de la comunidad de Flin Flon, ubicada a unos 645 kilómetros al noroeste de Winnipeg, la capital provincial. Según informó The Canadian Press, los hoteles de Winnipeg han comenzado a albergar a los evacuados para hacer frente a la emergencia.
En Saskatchewan, 2,500 personas de la localidad de La Ronge recibieron órdenes de evacuación el lunes, sumándose a los más de 8,000 desplazados que ya habían abandonado sus hogares en días anteriores. Mientras tanto, en Saskatoon, donde se celebró una reunión entre el primer ministro canadiense y los líderes provinciales, el premier de Saskatchewan, Scott Moe, aseguró que el país está trabajando unido para apoyar a las provincias de las Praderas.
Hasta el lunes, el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales reportaba más de 200 focos activos, de los cuales 106 permanecen fuera de control. Y en las tres provincias ya se han quemado 1.9 millones de hectáreas de terreno.
A mediados de mayo, dos personas murieron a causa de un incendio forestal en Lac du Bonnet, al noreste de Winnipeg. Aunque la actual temporada aún no ha alcanzado la magnitud de la del 2023, con 17 millones de hectáreas arrasadas, las autoridades alertan que la situación podría agravarse si las condiciones climáticas no mejoran.
El humo ha llegado a Estados Unidos
El humo ha comenzado a desplazarse hacia Estados Unidos, afectando a estados como Minnesota, donde las autoridades sanitarias advierten sobre los riesgos para la salud pública.
En ciudades como Ely y Duluth, los niveles de contaminación por partículas han alcanzado niveles «muy insalubres», con picos de calidad del aire (AQI) de hasta 336, según el sitio de monitoreo ambiental IQAir. Minneapolis, por su parte, figura entre las tres ciudades del mundo con peor calidad del aire.
“El material particulado en suspensión es uno de los contaminantes ambientales más peligrosos para la salud humana”, explicó Doug Brugge, investigador de salud pública de la Universidad de Connecticut. “Estos niveles representan un riesgo significativo para el sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico”.
La nube de humo continuará desplazándose en los próximos días hacia la costa este de Estados Unidos. IQAir prevé que la calidad del aire en Nueva York se deteriore hasta un índice de 77 el miércoles por la madrugada, mientras que Filadelfia y Washington alcanzarán niveles de 70 y Boston llegará a 68. Aunque no se consideran aún “insalubres”, estas cifras representan un deterioro frente a los estándares aceptables (menos de 50).
La situación también ha afectado la industria energética en Canadá, con interrupciones en la producción de crudo debido a la cercanía de las llamas a infraestructuras clave. Las autoridades canadienses trabajan para contener los incendios, pero las condiciones climáticas secas y cálidas complican las labores de extinción. Mientras tanto, millones de personas en América del Norte continúan expuestas a un aire irrespirable.
Aumentan las consultas por cuadros respiratorios en Estados Unidos
En Minneapolis, el hospital Hennepin Healthcare, el principal centro de emergencias de la ciudad, reportó un incremento en las visitas de pacientes con síntomas respiratorios agravados.
La doctora Rachel Strykowski, neumóloga del hospital, explicó que muchos pacientes tardan en acudir a consulta, lo que complica su recuperación. “Los síntomas más comunes son dificultad para respirar, sibilancias, más tos y la reactivación de enfermedades como el asma o la EPOC”, detalló.
Según Strykowski, las diminutas partículas suspendidas en el aire por el humo generan una inflamación adicional en las vías respiratorias, lo que agrava las condiciones preexistentes. Lamentó además que esto ocurra en una época del año en la que muchas personas con enfermedades respiratorias suelen disfrutar de actividades al aire libre debido a la baja presencia de alérgenos. “Ahora deben permanecer en interiores, lo que puede resultar bastante aislante”, advirtió.
Para minimizar los riesgos, la especialista recomendó permanecer en interiores con ventanas cerradas y utilizar mascarillas N95 si es necesario salir. Señaló que las mascarillas de tela no son efectivas frente a este tipo de partículas contaminantes.