Comentarios de la Bahía

Por Nayar Araiza López

Este 15 de Mayo la gran deuda con los Maestros: Salarios indignos y abandono oficial

• El salario raquítico del magisterio: una vergüenza nacional y estatal

• Prestaciones mutiladas y criminalización laboral, la otra realidad docente

• Gobiernos de la 4T y legisladores: omisión y cinismo ante la crisis educativa

• Feliz Día del Maestro

Si los Maestros de instituciones públicas tuvieran un salario digno, que les permitiera vivir con decoro, con derecho a la capacitación y actualización permanente (subsidiado) —diplomados, especialidades, maestrías, doctorados— para que eleven su productividad y mejoren sus percepciones, dedicándose verdaderamente de tiempo completo a su actividad, no habría necesidad de tener dos o tres empleos en diferentes planteles o subsistemas, ni de aceptar “limosnas” disfrazadas de logros sindicales, ni “compensaciones” absurdas por material, despensa o transporte.

Y es que para la SEP la única vía para que los docentes accedan a recursos adicionales, que les complementen el salario es acumulando “documentos” probatorios de posgrados, cursos y congresos, pagados de su propio bolsillo, aunque por esa razón no pocos abandonan las aulas, que debería ser lo prioritario: la atención a los grupos, para lo cual han inventado diversos programas, pero que para muchos maestros son inaccesibles, porque nunca pueden pagarse su capacitación, o vives o inviertes en tu formación.

Esta política neoliberal —que la 4T no solo no ha revertido, sino que ha profundizado recortando recursos— ha sumido a muchas instituciones, como la UAN en Nayarit, en una espiral de precarización. Se presionó para mutilar los contratos colectivos universitarios, tachando sus prestaciones de “ilegales” por supuestamente no estar contempladas en la Ley Federal del Trabajo, -ante el silencio total del SPAUAN-, que es el sindicato de profesores.

Recordemos que bajo este pretexto hace dos años se negó el subsidio adicional de la Federación y el Estado, que apenas a partir del pasado fin de año, con “manita de puerco” accedieron a subsidiar recursos adicionales para evitar una crisis social, pero la incertidumbre persiste; debido a esa mutilación de los contratos colectivos provocados por el Gobierno con sus “auditorías” mal enfocadas, porque se dirigen a “auditar” el trabajo de los profesores, al que consideran de jornal de fábrica de 8 horas y no de trabajo especializado, (como lo marca la Ley Federal del Trabajo) se redujo el salario hasta en mil pesos menos por quincena para docentes y administrativos universitarios.

Esta herida sigue abierta. Por solo mencionar un caso, el gobierno eliminó el libre gravamen de prestaciones como el bono del Día del Maestro —logro sindical desaparecido por simple orden de la Auditoría Superior del Estado y la Federación— bajo el absurdo argumento de que los docentes son responsables de la crisis financiera institucional con una contradicción infinita, pues no aplican lo mismo con las prestaciones de otros subsistemas educativos. Los logros sindicales deben respetarse.

El mayor violador de la Ley Federal del Trabajo indiscutiblemente es el propio Gobierno Federal y Estatal. En subsistemas como COBAEN, CONALEP, CECYTEN y Universidades Tecnológicas, los pocos profesores con certeza laboral son la excepción; la regla son contratos cuatrimestrales, nulas bases, prestaciones mínimas, y una vida profesional incierta por decisión de burócratas de escritorio de la SEP y de los SEPEN.

En educación básica, la historia no es mejor: docentes que no avanzan de 12, 16 o 19 horas base, con materias disponibles repartidas a cuenta-gotas por concursos amañados. Para sobrevivir deben ir de una secundaria a otra, armando sueldos mínimos con 30 horas dispersas en varios planteles. Y en zonas de zona cara, como Bahía de Banderas, ni siquiera los pasan al 100 por ciento de la zonificación que marca la propia SEP; muchos se quedan en el 60 por ciento y nunca ven el salario que deberían percibir. La normativa arcaica impide la reclasificación y los deja, literalmente, sin techo: hay maestros e intendentes durmiendo en las escuelas, sin poder pagar renta ni aspirar a un crédito de vivienda.

Que los docentes de todos los niveles tengan un buen sueldo sigue siendo la gran asignatura pendiente del Gobierno Federal. AMLO se fue mintiendo sobre su promesa de dignificar el salario magisterial: prometió mínimo 16 mil pesos, una miseria también, pero ni eso cumplió. Hoy Claudia Sheinbaum va por el mismo camino, minimizando y recortando recursos para la educación pública y las universidades estatales, con la complicidad del silencio cínico de diputados y senadores federales de Nayarit, que no mueven un dedo para exigir se asignen mayores recursos a la educación, para brindar certeza laboral y aumentar prestaciones del personal docente de todos los subsistemas.

Si se pagaran los salarios y aguinaldos conforme a la Ley, si hubiera acceso real a salud, vivienda, automóvil y herramientas tecnológicas, como en los países desarrollados, no habría necesidad de huelgas ni bloqueos. Pero en México el salario docente es de los peores pagados en el mundo.

Mención aparte merecen los universitarios. En la UAN, los sueldos son los más bajos entre las universidades públicas de todo el país. Y ahora, por ocurrencias de la Auditoría Superior del Estado, se criminaliza tener dos empleos en subsistemas diferentes. El contrato colectivo nunca lo prohíbe, pero la necesidad obliga a buscar múltiples plazas porque con una sola no alcanza. Eso no lo han entendido políticos que le “soplan” la oreja al Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, que ven como enemigos a la universidad y a los docentes, con el cuento de la búsqueda de “aviadores” que en la universidad ya es historia, porque si es que los hubo, hace rato que se jubilaron.

El gobierno federal presume inversión educativa, pero porque reparte el dinero en becas “Benito Juárez”, que es más rentable electoralmente, dinero que en la mayoría de los casos no se destina a libros ni inscripciones, pero nada para salarios ni prestaciones docentes. Peor aún, las contradicciones legales entre la Ley de Educación, la Federal del Trabajo y la del Servicio Público, han servido de pretexto para golpear contratos colectivos, mientras el gobierno de la 4T los aniquila sin contemplación. Los neoliberales destinaban mayores recursos a la educación y las universidades públicas. Ahí están los datos.

Por estas lagunas legales y la omisión cómplice de legisladores, hay maestros que nunca regularizan sus plazas, nunca acceden a subsidios universitarios suficientes, jamás obtienen certeza laboral ni un servicio médico digno ni crédito de vivienda. Y, por si fuera poco, se exige que reciban a miles de estudiantes aunque no haya aulas suficientes, ni bibliotecas, laboratorios o centros de cómputo en los planteles, ni plazas, ni recursos.

A pesar de todo, este 15 de mayo, Día del Maestro, reconozco a todos los docentes por su invaluable labor de formar seres humanos para la vida, en una profesión y vocación mal pagada, pero profundamente gratificante. No pierdo la esperanza de que, algún día, el gobierno —ahora de Claudia Sheinbaum— cumpla con esta asignatura pendiente: pagar bien a los maestros.

Loor a los Maestros de ahora y de todos los tiempos, especialmente a mis colegas de la Universidad Autónoma de Nayarit. Muchas felicidades en su día. Va.

                                                         
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