No existe una plaga de cocodrilos en la región, advierte el especialista Armando Rubio Delgado. La especie está protegida y su población es reducida, pero enfrenta amenazas por pérdida de hábitat y desinformación.
Agencia Jafríco | NoticiasPV
Los recientes asesinatos de cocodrilos en la región de Puerto Vallarta no se deben a una supuesta sobrepoblación, sino al desconocimiento y la desinformación sobre esta especie, advirtió Armando Rubio Delgado, integrante de la agrupación SS Cocodrilo México en Jalisco.
El especialista explicó que la creencia de que los cocodrilos se han convertido en una «plaga» es errónea y ha llevado a algunas personas a justificar su caza o eliminación. “Esta especie está bajo protección especial conforme a la NOM-059. Su población está monitoreada desde hace más de tres décadas y no supera los 350 ejemplares entre Bahía de Banderas y Puerto Vallarta”, señaló.
De esa cifra, solo 45 son adultos, y entre 15 y 17 hembras están en edad reproductiva. El resto son crías o ejemplares jóvenes que no representan un riesgo significativo para la población, aclaró Rubio Delgado.
La confusión, añadió, se agrava por la influencia de programas de televisión extranjera que muestran la caza del Alligator mississippiensis en el sur de Estados Unidos, un reptil diferente al cocodrilo de río que habita en México. “Allá sí hay sobrepoblación y cacerías controladas, pero acá se trata de una especie protegida, con una población limitada y vulnerable”, insistió.
Rubio también advirtió que más allá de los mitos, la verdadera amenaza para los cocodrilos es la pérdida acelerada de su hábitat natural, provocada por el crecimiento urbano sin control. “Ellos no están invadiendo; están resistiendo. Llevan aquí más de 80 millones de años. Su hábitat incluye ríos, esteros, lagunas, incluso el mar”, explicó.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades y a la ciudadanía a promover la convivencia con la fauna silvestre. Mencionó como ejemplo el caso de La Manzanilla, en el municipio de La Huerta, donde los cocodrilos son parte del atractivo turístico mediante actividades de ecoturismo como recorridos guiados por cocodrilarios y esteros.
“Debemos dejar de verlos como una amenaza y comenzar a valorarlos como parte de nuestro ecosistema y como una oportunidad para el desarrollo sustentable”, concluyó.